Tenía unas naranjas para gastar, ahora no están como dentro de unos meses, y necesitaba hacer un postre que se pudiera dejar hecho, aunque el quemado deba hacerse justo antes de servirlo y se me ha ocurrido hacer esta crème brûlée de naranja o crema tostada de naranja. El zumo de esta fruta y un poco de ralladura de su corteza hacen que sea muy aromática y refrescante. Ideal para una noche de verano.
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375 gr. de nata líquida
375 gr. de zumo de naranja colado
8 yemas de huevo
ralladura de naranja muy fina
1 cucharada de postre de agua de azahar
250 gr. de azúcar + la necesaria para quemar al final
Preparación: Calentar la nata y el zumo con la mitad del azúcar,
removiendo bien para que se integren los dos líquidos, no debe llegar a hervir.
Mientras tanto batir las yemas con el resto del azúcar de modo que blanqueen.
Mezclar cuidadosamente las dos preparaciones, repartir en las cocottes y cocer
en el horno al baño María a 180º C entre 20-30 minutos Una vez que está hecha,
tiene que quedar ligeramente cremosa por dentro, dejar enfriar y justo antes de
comerla, se salpica con azúcar granillo y se quema con la pala o con un soplete
de cocina. Se sirve de inmediato ya que es un postre que no se puede demorar en
el servicio una vez quemado con el azúcar. Puede tomarse templada o
fresca. Pero siempre se quema al final. Se sirve en los mismos recipientes en
que se hace.
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